Mientras más te expongas a la Palabra de Dios, mas luz recibirás.
Toda incredulidad desaparecerá independientemente a las circunstancias adversas que te rodeen.
Deja que la “semilla de la vida” germine en ti, no sin antes pedirle al Señor
que el fuego consumidor de su Espíritu consuma todo estorbo que te impida asimilar su Palabra.
Es necesario que lo hagas para que “tu tierra” esté en buenas condiciones,
así como lo dice la parábola del sembrador. (Lee Mateo 13:1-23)
“Mas el que fue sembrado en buena tierra,este es el que oye y entiende
la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treintpor uno”
Mateo 13:23.
Además de la luz que recibas, la transmitirás espontáneamente en medio
de las tinieblas que rodean.
Para exponerte a la Palabra de Dios y hablar con él, necesitas apartarte
de las “realidades terrenas” para evitar toda distracción que los sentidos
te ofrezcan.
Necesitas “alejarte de tierra” para navegar en las “aguas profundas”
de las realidades espirituales;será entonces cuando verás y entenderás lo que
no podías creer y aceptar con tu lógica.
Bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos porque oyen.
Porque de cierto os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis,
y no lo vieron; y oír lo que oís y no lo oyeron.
Mateo 13:16-17
Para crecer en el Espíritu Santo, primero hay que conocerlo.
¿Quién es el Espíritu Santo? El Catecismo de la Iglesia Católica habla
de la tercera Persona de la Santísima Trinidad que procede del Padre y del Hijo (No. 254).
La Biblia dice que el Espíritu Santo es Dios y este hecho es visto claramente
en muchas partes de la Escritura. En el Génesis, el autor de este libro,
hablando del origen del mundo, dice:
“El Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas” (Gen 1,2).
Si leemos la Biblia conoceremos la acción que el Espíritu ejerce en todo
el camino que Dios hace con su pueblo y que es lo que se llama, la Historia
de la Salvación. Muchos autores hablan acerca del Espíritu Santo siempre
en relación con el Padre y el Hijo.
El Espíritu Santo es el gran desconocido para muchos de nosotros,
los cristianos, y sin embargo, Él permanece cerca de nosotros.
Cuando Jesús va ha ser crucificado dice a sus discípulos:
“Yo les enviaré el Espíritu Santo y él los guiará y los sostendrá para que
vayan y prediquen el Evangelio a todos los hombres.
El Espíritu Santo escudriña la mente humana: “Pero Dios nos las reveló
a nosotros por el Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña,
aun lo profundo de Dios” (1ª. Cor 2,10).
La voluntad del Espíritu Santo guía a los creyentes.
“Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir para Macedonia, dando
por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciáramos el evangelio”
(Hechos 16,10).
El Espíritu Santo habla.
“El Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro” (Hech 8,29).
El [Jesus da el ES] Espíritu santo nos habla, pero generalmente nosotros
no escuchamos su voz, El nos inspira, buenos pensamientos, sentimientos, palabras y acciones. Si nosotros queremos actuar de una manera coherente,
con lo que nos inspira o habla, necesitamos estar atentos a sus mociones.
Ya leímos lo que el Espíritu dijo a Felipe acercarse al carruaje donde va el eunuco, y él obedece la voz que sintió en su interior. El mundo nos ofrece otras voces, otras palabras, muchos ruidos… esto nos impide escuchar la voz del Espíritu Santo. Tenemos que pedir insistentemente la asistencia del Espíritu Santo en nuestras vidas, entrar en nuestro interior y percibir su voz.
El Espíritu Santo es amor.
San Pablo nos exhorta diciendo: “Pero les ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayuden orando a Dios por mí”
(Rom 15,30).
El amor es uno de los dones que nos regala el Espíritu Santo.
El amor de Jesucristo nos hace presente el “Espíritu Santo”.
Jesucristo nos amó hasta el extremo, por eso cuando el muere dice:
“No los dejaré huérfanos, les enviaré mi Espíritu como prueba del amor
más grande”. Es este Espíritu que hizo capaces a los discípulos de Jesús
de amar hasta dar la vida. Porque el amor da. Quien ama sabe dar y ser
indulgente con los demás.
“Ser misericordiosos como mi Padre es misericordioso”.
El mundo contemporáneo está necesitado de amor, de ser escuchados.
En ocasiones pareciera que hay más odio que amor en el mundo,
por esta razón hay violencia.
Jesús dice: este es mi mandamiento: “Que se amen unos a otros
como los he amado Yo” (Jn 15,12).
El Espíritu Santo intercede en favor de nosotros.
[Espíritu Sto 1] El Espíritu Santo ora a favor de los creyentes.
“De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, pues
no sabemos pedir lo que nos conviene, no lo conocemos, pero
Él mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
(Rom 8,26).
¿Qué hemos de pedir? Todo aquello que conviene para nuestra salvación.
En los momentos difíciles cuando nuestra fe es débil, pidamos la fuerza
del Espíritu Santo para robustecer nuestra vida espiritual.
Es el Espíritu Santo nos envía a anunciar la Buena Nueva.
Leemos en el libro de los Hechos cuando los Apóstoles reciben
el Espíritu Santo prometido por Jesús, cómo actúa en ellos
y los hace capaces de dar testimonio, los confirma en su fe y en su decisión
de seguir anunciando el Evangelio (Hech 2, 1,4).
Pidamos al Espíritu Santo su luz, su gracia,
su amor y una voluntad firme
para conocerle y seguirle.
CRECIENDO EN ESPIRITU
A DONDE MANDES IREMOS . . .
LO QUE NOS PIDAS...HAREMOS
A A DONDE MANDES...IREMOS
MINISTERIO CATOLICO MISIONERO DE EVANGELIZACION
LO QUE NOS PIDAS HAREMOS
MINISTERIO CATÓLICO MISIONERO DE EVANGELIZACIÓN
SOS-SOPLO DE SANTIDAD
SOS-SOPLO DE SANTIDAD
''Y el niño crecía,se desarrollaba y estaba lleno de sabiduría.
Y la gracia de Dios estaba en él.''
(Lucas 2,40)
El crecimiento es parte del proceso de la santificación y el desarrollo pleno
de la personalidad.
La meta es alcanzar la perfección, que es la plenitud de Cristo, un ideal
que parece utópico pero que es posible gracias a la ayuda del Espíritu Santo
y el sustento divino.
Debemos crecer en todas las dimensiones de la vida, sobre todo,en la fe,
en el amor,en Cristo y en el Espíritu.
También habría que crecer en la oración, en la esperanza, en el afecto fraternal, en sabiduría,en tolerancia, en el perdón y en tantas cosas más.
El que quiera crecer espiritualmente, con el poder del Espíritu Santo
debe utilizar todos los recursos que el evangelio le proporciona para ganar
en piedad e influencia.
“Respondió Jesús:
De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu,
no puede entrar en el reino de Dios.” (Jn.3:6)
¿Cómo crecer y fortalecerse en el Espíritu?
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El crecimiento y la fortaleza espiritual se alcanzan a medida que te nutres
del alimento adecuado;y el único alimento para el Espíritu es la Palabra
de Dios. Nuestro Señor Jesucristo lo dijo: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Mateo 4:4.
Por eso es importante no solamente leerla, sino estudiarla y reflexionarla
bajo la guía del Espíritu Santo. Serequierehacerlobajo un clima de oración,
en donde el diálogo entre Dios y tú se vuelve real. A medida que te nutras,
te irás llenando de luz y vida.
Tus pensamientos serán iluminados de manera sobrenatural, produciendo
en ti convicciones firmes, y que a la vez se reflejarán en un espontaneo
estilo de vida en medio de un mundo que ha perdido la perspectiva
de lo espiritual.
Dios siempre tomará la iniciativa para hablarte en lo que necesites oír
y asimilar.Su voz es persistente, no cesa. Una y otra vez te hablará
para que asimiles en forma sencilla,verdades espirituales profundas
y transcendentes. Siempre vas a recibir la palabra justa y oportuna para cada situación específica que vivas. Compruébalo y lo verás.