ORACIÓN CORTA


Santísima Virgen de Lourdes, 7que a ninguno desamparas

ni desechas, mírame con ojos

de piedad y alcánzame de tu Hijo perdón de mis pecados
 para que con devoto afecto celebre tu santa 
e inmaculada Concepción,

en tu milagrosa imagen 
de Lourdes y reciba después

el galardón de la bienaventuranza del mismo de quien eres Madre. Amén.

NOVENA A NTRA SRA DE LOURDES

​​​​



MINISTERIO CATOLICO MISIONERO DE EVANGELIZACION 

​​

MINISTERIO CATÓLICO MISIONERO DE EVANGELIZACIÓN


 
INVOCACIONES



1
Virgen Madre de Lourdes,
que siempre fuiste fiel,
danos tu confianza,
danos tu fe.
(Ave María)
2
Virgen Madre de Lourdes,
bendice nuestra mesa familiar 
con el pan de la salud,
con el pan del trabajo,
con el pan del alimento,
con el pan del amor.
(Ave María)
3
Virgen Madre de Lourdes,
bendice nuestro descanso
con la paz del alma
y la alegría del espíritu santo.
(Ave María)


ORACIÓN PARA PEDIR 
LA SALUD DE LOS ENFERMOS


¡Oh amabilísima Virgen de Lourdes, Madre de Dios
 y Madre nuestra! Llenos de aflicción y con lágrimas fluyendo

de los ojos, acudimos en las horas amargas de la enfermedad a vuestro maternal corazón, para pediros que derraméis a manos llenas el tesoro 
de vuestras misericordias sobre nosotros.

Indignos somos por nuestros pecados de que nos escuchéis: pero acordaos, os diré con vuestro siervo

San Bernardo, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a Vos haya sido abandonado

de Vos.¡Madre tierna!  ¡Madre bondadosa!

¡Madre dulcísima! Ya que Dios obra por vuestra mano curaciones sin cuento en la Gruta prodigiosa

de Lourdes, sanando tantas víctimas del dolor,

guardad también una mirada de bendición para nuestro pobre enfermo… Alcanzadle de vuestro Divino Hijo Jesucristo la deseada salud, si ha de ser para 
mayor gloria de Dios. Pero  mucho más alcanzadnos 

a todos el perdón de nuestros pecados, paciencia
 y resignación en los sufrimientos
y sobre todo un amor grande y eterno a nuestro Dios prisionero por nosotros en los Sagrarios. Amén.

Virgen de Lourdes, rogad por nosotros.

Consuelo de los afligidos, rogad por nosotros.

Salud de los enfermos, rogad por nosotros.
Rezar tres Avemarías. 

ORACIÓN A NTRA. SRA DE LOURDES


Dóciles a la invitación de tu voz maternal, 
oh Virgen Inmaculada de Lourdes, acudimos

a tus pies en la humilde gruta donde aparecisteis para indicar 
a los extraviados el camino de la oración

y penitencia, dispensando a los que sufren

las gracias y prodigios 
de tu soberana bondad.
Recibid, oh reina compasiva, las alabanzas

y súplicas que pueblos y naciones, unidos

en la angustia 
y la amargura, elevan confiados a Ti.
¡Oh blanca visión del paraíso, aparta

de los espíritus
 las tinieblas del error con la luz de la fe! 
¡Oh mística rosa, socorre las almas abatidas, 
con el celeste perfume de la esperanza! 
¡Oh fuente inagotable de aguas saludables, reanima los corazones endurecidos, con la ola 
de la divina caridad!
Haz que nosotros tus hijos, confortados por Ti 
en las penas, protegidos en los peligros, apoyados
 en las luchas, amemos y sirvamos a tu dulce
 Jesús, y merezcamos los goces eternos junto a Ti. Amén.




DIA SEXTO


Hecha la señal de la cruz rezará con devoción 

ACTO DE CONTRICIÓN.

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, 
Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, 
en quien espero y a quien amo sobre todas las cosas; humildemente postrado ante vuestra divina majestad, 
os pido me perdonéis todas las ofensas e ingratitudes
 que he cometido contra Vos. Conozco, Señor, 
que soy indigno de parecer ante vuestra presencia;
 por lo cual vengo a Vos por medio de vuestra amantísima Madre, a la que ruego interceda por mí, para alcanzarme
 el perdón de los pecados que yo de corazón aborrezco, 
y propongo con vuestra gracia no volver a cometer. 
Amén.


MEDITACIÓN

Después de recomendarnos la Stma. Virgen q
ue roguemos por los pecadores nos recomienda 
también que nos arrepintamos y hagamos penitencia
 de nuestros pecados. Es muy digna de consideración 
aquella insistente repetición de la palabra: 
"Penitencia, penitencia, penitencia." Es como 
el grito amoroso de alarma salido del corazón 
de una madre, que ve en grave peligro a su amado hijo.
 Viendo en efecto desde la eterna morada los pecados
 e iniquidades que continuamente se cometen
 en el mundo; oprimido su corazón, de un lado 
por las ofensas que se hacen a Dios, y de otro
 por los castigos a que se hacen acreedores los hombres; viendo ya la divina diestra levantada para descargar 
el golpe sobre los miserables pecadores, se adelanta,
 baja a la tierra y nos advierte con solicitud maternal
 que hagamos penitencia de nuestros pecados, 
pues sólo haciéndola muy humilde y dolorosa, podremos vernos libres de los castigos que nos amenazan. 
Tal vez a ninguna otra época se puedan aplicar 
con más propiedad que a la presente las palabras
 del Bautista: "Haced penitencia, porque ya está 
el hacha puesta a la raíz del árbol, y todo árbol 
que no lleve buen fruto será cortado y arrojado 
al fuego." Grabemos en nuestro corazón estas palabras 
del Bautista, y hagamos una verdadera y digna 
penitencia de nuestros pecados.

ORACIÓN PREPARATORIA 
PARA TODOS LOS DÍAS


¡Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes! 
deseando hacer esta novena con la mayor devoción 
de mi alma, y responder al llamamiento que en persona 
de la humilde Bernardita, habéis hecho a todos vuestros hijos, me postro a vuestro pies para escuchar con atención vuestra voz, exponeros mis necesidades y solicitar 
vuestros amorosos cuidados. No me desechéis, Madre mía, 
a pesar de mi indignidad; atended únicamente 
al arrepentimiento que tengo por haber afligido
 vuestro maternal corazón y renovado la pasión de vuestro amantísimo Hijo, acudid en mi ayuda durante 
esta santa novena, en la cual me propongo purificar
 mi alma y conseguir por vuestra intercesión
 el favor especial que solicito de la Divina Majestad
 y dar gracias a la misma, por todos los beneficios recibidos
 (y especialmente por el que es motivo de estos obsequios) 
Amén.




ORACIÓN PARA ESTE DÍA

Postrado ante el trono de vuestra majestad, 
Dios mío, yo imploro vuestra piedad y misericordia. 
Vengo a Vos arrepentido, como el hijo pródigo, 
por haberme alejado de Vos por el pecado, y quisiera 
borrar con mis lágrimas y aún con mi sangre las ofensas
 que os he hecho. ¡Perdón! Señor; no lo merezco, 
porque muchas veces he despreciado vuestra gracia 
y reincidido en las mis culpas; pero en este día 
siento movido mi corazón con especial arrepentimiento
 de mis pecados, y deseos de no volverlos a cometer
 jamás. Vos, Madre de misericordia, que no queréis
 la muerte del pecador, sino que se convierta y viva; 
Vos que me amonestáis por medio de Bernardita 
que haga penitencia de mis pecados, Vos ayudadme 
a hacerla digna y cumplida de todos ellos. 
Y para que me alcancéis la gracia de no volverlos
 a cometer, os rezo las siguientes 
Avemarías y oraciones

Se rezan las Avemarías como el primer día 
y después la oración final




ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS




Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande amor 
que mostrasteis a los hombres, dignándote aparecer
 en una tosca gruta e instruir a la joven  dichosa Bernardita,
 os ruego me hagáis merced de alegrar mi corazón
 con vuestras influencias soberanas. Y así, Señora, como hicisteis brotar en la gruta de Lourdes aquel manantial riquísimo de cristalinas y saludables aguas, para remedio 
del cuerpo, derramad sobre mi pobre alma las dulcísimas 
y fértiles aguas de la gracia, que apaguen mi sed 
por las cosas de la tierra, y limpien mi espíritu 
para que sea digno de los goces purísimos del cielo. 
Amén.




 DIA SEPTIMO 



Hecha la señal de la cruz rezará con devoción 
el ACTO DE CONTRICIÓN.


Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, 
Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, 
en quien espero y a quien amo sobre todas las cosas; humildemente postrado ante vuestra divina majestad, 
os pido me perdonéis todas las ofensas e ingratitudes
 que he cometido contra Vos. Conozco, Señor,
 que soy indigno de parecer ante vuestra presencia;
 por lo cual vengo a Vos por medio de vuestra
 amantísima Madre, a la que ruego interceda por mí,
 para alcanzarme el perdón de los pecados 
que yo de corazón aborrezco, y propongo 
con vuestra gracia no volver a cometer. Amén.




ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS


¡Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes! deseando hacer esta novena con la mayor devoción 
de mi alma, y responder al llamamiento que en persona 
de la humilde Bernardita, habéis hecho a todos vuestros hijos, me postro a vuestro pies para escuchar 
con atención vuestra voz, exponeros mis necesidades
 y solicitar vuestros amorosos cuidados.
 No me desechéis, Madre mía, a pesar de mi indignidad; atended únicamente al arrepentimiento que tengo 
por haber afligido vuestro maternal corazón y renovado
 la pasión de vuestro amantísimo Hijo, acudid 
en mi ayuda durante esta santa novena, en la cual
 me propongo purificar mi alma y conseguir 
por vuestra intercesión el favor especial que solicito
 de la Divina Majestad y dar gracias a la misma, 
por todos los beneficios recibidos (y especialmente
 por el que es motivo de estos obsequios) Amén.



MEDITACIÓN


Muy grande y soberano es el premio que está prometido
 a la obediencia. Bernardita ve el agua cenagosa, 
que en pequeña cantidad manaba en el hoyo que había
 hecho en la tierra; oye el mandato de la Visión
 de beber aquella agua y lavarse con ella 
y cumpliéndolo fielmente merece que la Virgen fije
 en ella una mirada benignísima pagándole así 
con creces el esfuerzo que hizo al cumplir su mandato.
 Nada costará quizás tanto a nuestro orgullo, 
como habernos de humillar a confesar nuestros pecados
 al ministro de Dios. Mas, ¡Oh! Si los pecadores supiesen
 las delicias que están escondidas en la piscina
 saludable de la penitencia, ciertamente se apresurarían
 a lavarse en ella y purificarse de todas sus culpas; 
si conociesen el riquísimo don que Jesús les ofrece; 
si acudiesen a la invitación que les hace Jesús
 diciéndoles: "bebed de esta agua", se convencerían 
de que la alegría y paz interior que se halla 
en sacramento de la penitencia, excede a toda paz 
y alegría humana, y que los consuelos que proporciona, 
son sobre todo encarecimiento. Haced la prueba, 
pecadores, y lo experimentaréis.

Que sea el principal fruto, que saquemos de esta Novena,
 el hacer en obsequio a la Virgen Sma. una buena
 confesión antes de terminarla.

Medítese sobre lo dicho y pida cada uno
 la gracia que desea alcanzar por medio 
de esta Novena.




ORACIÓN PARA ESTE DÍA

Santísima Virgen María, Madre mía! Acercándome
 ya al final de este novena que estoy celebrando 
en obsequio y honor vuestro, no quiero resistir
 más a los llamamientos interiores que me incitan 
a sellarla con una buena confesión de todas 
mis culpas. Sí, quiero confesarme bien para 
recibir dignamente a Vuestro Santísimo Hijo
 el último día de la Novena. Vos, Señora que 
me inspiráis este deseo, alcanzadme gracia para 
practicarlo, a fin de que mi confesión sea grata 
a los divinos ojos, y mi alma quede enteramente
 purificada, y lleve en adelante una vida 
perfectamente cristiana y conforme con 
los preceptos de la ley divina. Con este objeto 
os rezo las siguientes Avemarías y deprecaciones:

Se rezan las Avemarías como el primer día 
y después la oración final



ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande
 amor que mostrasteis a los hombres, dignándote 
aparecer en una tosca gruta e instruir a la joven 
 dichosa Bernardita,
 os ruego me hagáis merced de alegrar mi corazón
 con vuestras influencias soberanas. Y así, Señora, 
como hicisteis brotar en la gruta de Lourdes 
aquel manantial riquísimo de cristalinas 
y saludables aguas, para remedio 
del cuerpo, derramad sobre mi pobre alma 
las dulcísimas y fértiles aguas de la gracia, 
que apaguen mi sed por las cosas de la tierra,
 y limpien mi espíritu para que sea digno
 de los goces purísimos del cielo. 
Amén.





 DIA OCTAVO 

Hecha la señal de la cruz rezará con devoción 

ACTO DE CONTRICIÓN.

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, 
Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, 
en quien espero y a quien amo sobre todas las cosas; humildemente postrado ante vuestra divina majestad, 
os pido me perdonéis todas las ofensas e ingratitudes
 que he cometido contra Vos. Conozco, Señor, 
que soy indigno de parecer ante vuestra presencia;
 por lo cual vengo a Vos por medio de vuestra amantísima Madre, a la que ruego interceda por mí, para alcanzarme
 el perdón de los pecados que yo de corazón aborrezco, 
y propongo con vuestra gracia no volver a cometer. 
Amén.




MEDITACIÓN

Digna de consideración es la manera de brotar

el agua 
de la fuente milagrosa. Primeramente empieza 
el agua a abrirse paso gota a gota, poco después 
es ya un hilito apenas perceptible; y creciendo 
sin cesar llega a formarse una fuente que arroja
 diariamente más de cien mil litros de agua. 
La oración tiene que ser perseverante. Por eso
 dejan de recibirse muchas veces las gracias 
y favores que se piden al Señor y a la Santísima Virgen, porque no se piden con constancia, pues

por razones misteriosas no se conceden

de ordinario sino después 
de instar y de perseverar en la oración. Las gracias 
que uno recibe a la manera de la fuente milagrosa, generalmente no producen cambios repentinos, 
por cuya razón se ha dicho que nadie de repente
 se hace santo, así como ninguno llega

de un solo golpe
 a ser sumamente malo. Puede Dios nuestro Señor 
en un solo momento concedernos gracias eficacísimas, 
que produzcan en nosotros una transformación súbita, 
pero de ordinario nos las concede según es nuestra cooperación y correspondencia a ellas. En todos 
los días ¡cuántas veces habrá Dios tocado,

nuestros corazones!... ¿Y será posible que permanezcamos sordos 
y no acudamos a sus llamamientos...? Una fuente 
abundante de todas las gracias tenemos

en 
el Santísimo Sacramento de la Eucaristía. 
Es el Autor de todo bien, Jesús, quien desde 
la sacratísima Hostia nos dice: "Venid a Mí todos." Acerquémonos a esta fuente del amor divino
 para apagar la sed que sentimos por las cosas
 de la tierra, y no desear sino las celestiales
 y eternas.

Medítese sobre lo dicho y pida cada uno la gracia 
que desea alcanzar por medio de esta Novena.


ORACIÓN PARA ESTE DÍA



¡Oh Inmaculada María; toda hermosa, pura 
y sin mancha desde el primer instante de vuestra Concepción! Alcanzadme la pureza de alma y cuerpo, 
y la limpieza de toda culpa, para que pueda 
acercarme dignamente al Santísimo Sacramento
 del altar. Si el ciervo sediento corre presuroso 
a las aguas cristalinas para apagar su sed, sedienta 
se halla mi alma, por acercarse a ese Sacramento 
de bondad y de amor. Obtenedme, Virgen Santa, 
tal gracia al recibir mañana a vuestro Santísimo 
Hijo en la comunión, que jamás llegue a echarlo 
de mi alma por el pecado, porque sin Jesús, que 
es mi vida, mi dicha y todo mi consuelo, no puedo 
vivir, ni tener paz en mi corazón. Para conseguir
 esto os saludo con las siguientes Avemarías 
y deprecaciones.

Se rezan las Avemarías como el primer día 
y después la oración final




ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande
 amor que mostrasteis a los hombres, dignándote
 aparecer en una tosca gruta e instruir a la joven 
 dichosa Bernardita,
 os ruego me hagáis merced de alegrar mi corazón
 con vuestras influencias soberanas. Y así, Señora, 
como hicisteis brotar en la gruta de Lourdes
 aquel manantial riquísimo de cristalinas y saludables 
aguas, para remedio del cuerpo, derramad 
sobre mi pobre alma las dulcísimas 
y fértiles aguas de la gracia, que apaguen
 mi sed por las cosas de la tierra, y limpien
 mi espíritu para que sea digno de los goces 
purísimos del cielo. 
Amén.






DIA NOVENO


Hecha la señal de la cruz rezará con devoción 

ACTO DE CONTRICIÓN.

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, 
Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, 
en quien espero y a quien amo sobre todas

las cosas; humildemente postrado ante vuestra

divina majestad, 
os pido me perdonéis todas las ofensas

e ingratitudes
 que he cometido contra Vos. Conozco, Señor, 
que soy indigno de parecer ante vuestra presencia;
 por lo cual vengo a Vos por medio de vuestra amantísima Madre, a la que ruego interceda por mí, para alcanzarme
 el perdón de los pecados que yo de corazón aborrezco, 
y propongo con vuestra gracia no volver a cometer. 
Amén.




MEDITACIÓN

Gran consuelo es para nosotros el considerar 
la solicitud maternal de María para con los hombres. 
Nadie puede llegar a comprender en esta vida,
 todo lo que María ha hecho y hace para salvarnos. 
Siendo Ella la Madre de la misericordia, como la llama
 la Iglesia, es el medio por donde nos vienen
 todas las gracias que Dios quiere dispensarnos.

Con gran ternura las comunica al justo, para que
 persevere en el servicio del Señor; con gran
 solicitud las procura y se las envía al pecador, 
para que, aún en medio dé sus extravíos, 
no se endurezca su corazón, y vuelva en sí, 
y se convierta y se salve. Si alguno se pierde, 
no eche a nadie más que a sí mismo la culpa 
de su perdición, porque Dios nos ha descubierto
 en su Madre en estos últimos tiempos por medio
 de Bernardita, todos los tesoros de su gracia 
y de su amor. Nosotros que tenemos la dicha 
de ser el objeto de la solicitud maternal de María 
y que nos hemos consagrado a Ella ingresando 
en su Cofradía, conduzcámonos como verdaderos
 hijos y devotos suyos, cumpliendo

con las obligaciones
 que contrajimos al ser regenerados en las aguas 
del bautismo; pues en esto consiste la verdadera 
y principal devoción a María. Huyamos con sumo
 cuidado y diligencia de todo aquello que puede 
apartarnos del recto camino que nos conduce

al cielo; 
de las malas lecturas, de los falsos amigos, 
de las reuniones peligrosas, pues guardándonos
 a nosotros mismos, Dios también nos guardará 
y nos sostendrá para que no caigamos 
de su divina gracia.

Medítese sobre lo dicho y pida cada uno
 la gracia que desea alcanzar por medio 
de esta Noveno.



ORACIÓN PARA ESTE DÍA

¡Inmaculada y Santísima Madre de Dios! 
Altísimas lecciones me habéis dado en esta Novena; saludables y amorosas invitaciones he recibido; 
no quiero ser ingrato ni obstinado. Decididamente
 me propongo servir a Dios con fidelidad, amarle 
con todo el afecto de mi alma, y honraros 
a Vos como a Madre mía queridísima. Imprimid 
estos efectos en mi corazón para que jamás 
los olvide; obtenedme la gracia de perseverar constantemente en estos Santos pensamientos
 hasta exhalar el último suspiro de mi vida, 
mereciendo, ahora y siempre vuestra protección,
 hasta que tenga la dicha de gozar en el cielo
 de las infinitas delicias, que Dios tiene preparadas 
para los que le aman. Y a fin de que estos
 mis propósitos os sean más aceptables, os saludo
 con las siguientes Avemarías y deprecaciones


Se rezan las  3 Avemarías como el primer día 
y después la oración final:



ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande
 amor que mostrasteis a los hombres, dignándote
 aparecer en una tosca gruta e instruir a la joven 
 dichosa Bernardita,
 os ruego me hagáis merced de alegrar mi corazón
 con vuestras influencias soberanas. Y así, Señora, 
como hicisteis brotar en la gruta de Lourdes
 aquel manantial riquísimo de cristalinas y saludables 
aguas, para remedio del cuerpo, derramad 
sobre mi pobre alma las dulcísimas 
y fértiles aguas de la gracia, que apaguen
 mi sed por las cosas de la tierra, y limpien
 mi espíritu para que sea digno de los goces 
purísimos del cielo. 
Amén.



Hecha la señal de la cruz rezará con devoción 

ACTO DE CONTRICIÓN.

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, 
Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, 
en quien espero y a quien amo sobre todas las cosas; humildemente postrado ante vuestra divina majestad, 
os pido me perdonéis todas las ofensas

e ingratitudes
 que he cometido contra Vos. Conozco, Señor, 
que soy indigno de parecer ante vuestra presencia;
 por lo cual vengo a Vos por medio de vuestra amantísima Madre, a la que ruego interceda por mí, para alcanzarme
 el perdón de los pecados que yo de corazón aborrezco, 
y propongo con vuestra gracia no volver a cometer. 
Amén.


MEDITACIÓN

Gran consuelo es para nosotros el considerar 
la solicitud maternal de María para con los hombres. 
Nadie puede llegar a comprender en esta vida,
 todo lo que María ha hecho y hace para salvarnos. 
Siendo Ella la Madre de la misericordia, como la llama
 la Iglesia, es el medio por donde nos vienen
 todas las gracias que Dios quiere dispensarnos.

Con gran ternura las comunica al justo, para que
 persevere en el servicio del Señor; con gran
 solicitud las procura y se las envía al pecador, 
para que, aún en medio dé sus extravíos, 
no se endurezca su corazón, y vuelva en sí, 
y se convierta y se salve. Si alguno se pierde, 
no eche a nadie más que a sí mismo la culpa 
de su perdición, porque Dios nos ha descubierto
 en su Madre en estos últimos tiempos por medio
 de Bernardita, todos los tesoros de su gracia 
y de su amor. Nosotros que tenemos la dicha 
de ser el objeto de la solicitud maternal de María 
y que nos hemos consagrado a Ella ingresando 
en su Cofradía, conduzcámonos como verdaderos
 hijos y devotos suyos, cumpliendo con las obligaciones
 que contrajimos al ser regenerados en las aguas 
del bautismo; pues en esto consiste la verdadera 
y principal devoción a María. Huyamos con sumo
 cuidado y diligencia de todo aquello que puede 
apartarnos del recto camino que nos conduce al cielo; 
de las malas lecturas, de los falsos amigos, 
de las reuniones peligrosas, pues guardándonos
 a nosotros mismos, Dios también nos guardará 
y nos sostendrá para que no caigamos 
de su divina gracia.

Medítese sobre lo dicho y pida cada uno
 la gracia que desea alcanzar por medio 
de esta Noveno.




ORACIÓN PARA ESTE DÍA

¡Inmaculada y Santísima Madre de Dios! 
Altísimas lecciones me habéis dado en esta Novena; saludables y amorosas invitaciones he recibido; 
no quiero ser ingrato ni obstinado. Decididamente
 me propongo servir a Dios con fidelidad, amarle 
con todo el afecto de mi alma, y honraros 
a Vos como a Madre mía queridísima. Imprimid 
estos efectos en mi corazón para que jamás 
los olvide; obtenedme la gracia de perseverar constantemente en estos Santos pensamientos
 hasta exhalar el último suspiro de mi vida, 
mereciendo, ahora y siempre vuestra protección,
 hasta que tenga la dicha de gozar en el cielo
 de las infinitas delicias, que Dios tiene preparadas 
para los que le aman. Y a fin de que estos
 mis propósitos os sean más aceptables, os saludo
 con las siguientes Avemarías y deprecaciones


Se rezan las  3 Avemarías como el primer día 
y después la oración final:




ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS



Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande
 amor que mostrasteis a los hombres, dignándote
 aparecer en una tosca gruta e instruir a la joven 
 dichosa Bernardita,
 os ruego me hagáis merced de alegrar mi corazón
 con vuestras influencias soberanas. Y así, Señora, 
como hicisteis brotar en la gruta de Lourdes
 aquel manantial riquísimo de cristalinas y saludables 
aguas, para remedio del cuerpo, derramad 
sobre mi pobre alma las dulcísimas 
y fértiles aguas de la gracia, que apaguen
 mi sed por las cosas de la tierra, y limpien
 mi espíritu para que sea digno de los goces 
purísimos del cielo. 
Amén.










LO QUE NOS PIDAS HAREMOS

ORACIONES


AVE MARÍA 


DE LOURDES


La Reina del cielo, 
la Madre de Dios, 
en Lourdes, benigna, 
su trono fijó.
Ave, Ave, Ave María...


Del cielo ha bajado
la Madre de Dios, 
cantemos el «Ave» 
a su Concepción.
Ave, Ave, Ave María...


Un largo rosario 
que el cielo labró
sostiene en sus manos
más puras que el sol.
Ave, Ave, Ave María...


«Haced penitencia
y ardiente oración
por los pecadores
que ofenden a Dios».
Ave, Ave, Ave María...


Aquí los enfermos
encuentran vigor;
aquí luz y vida
halla el pecador.
Ave, Ave, Ave María... 

A A DONDE MANDES...IREMOS

SOS-SOPLO DE SANTIDAD



NUESTRA SEÑORA DE LOURDES




​​​       SOS-SOPLO DE SANTIDAD

LO QUE NOS PIDAS...HAREMOS

       A DONDE MANDES IREMOS . . .


​​​​











​​




Oración de San Juan Pablo II
en el Santuario de Lourdes


¡Ave María, Mujer humilde,
bendecida por el Altísimo !
Virgen de la esperanza, profecía de tiempos nuevos,
nosotros nos unimos a tu cántico de alabanza
para celebrar las misericordias del Señor,
para anunciar la venida del Reino
y la plena liberación del hombre.

¡Ave María, humilde Sierva del Señor,
Gloriosa Madre de Cristo !
Virgen fiel, Morada Santa del Verbo,
enséñanos a perseverar en la escucha de la Palabra,
a ser dóciles a la Voz del Espíritu Santo,
atentos a sus llamados en la intimidad de la conciencia
y a sus manifestaciones en los acontecimientos de la historia.

¡Ave María, Mujer del dolor,
Madre de los vivientes !
Virgen Esposa ante la Cruz, Eva nueva,
Sed nuestra guía por los caminos del mundo,
enséñanos a vivir y a difundir el Amor de Cristo,
a detenernos contigo ante las innumerables cruces
en las que tu Hijo aún está crucificado.

¡Ave María, Mujer de la fe,
primera entre los discípulos !
Virgen Madre de la Iglesia, ayúdanos a dar siempre
razón de la esperanza que habita en nosotros,
confiando en la bondad del hombre y en el Amor del Padre.
Enséñanos a construir el mundo desde adentro:
en la profundidad del silencio y de la oración,
en la alegría del amor fraterno,
en la fecundidad insustituible de la Cruz.

Santa María, Madre de los creyentes,
Nuestra Señora de Lourdes,
ruega por nosotros.



ORACIÓN DE


CONSAGRACIÓN


Santa María, Madre de Dios,

Virgen Inmaculada, 
Vos habéis aparecido dieciocho veces

a Bernardita en la gruta de Lourdes,

para recordar a los cristianos
 las maravillas y las exigencias

del Evangelio, invitándoles a la oración,

a la penitencia, a la eucaristía y a la vida en la Iglesia.

Para mejor responder a vuestra llamada, 
yo me consagro por vuestras manos

a vuestro hijo Jesús…

Hacedme dócil al espíritu;

y por el fervor de mi fe,
 por la manifestación de mi vida,

por mi dedicación 
al servicio de los enfermos, haz que

yo trabaje con Vos en confortar

a los que sufren, 
en reconocimiento a los hombres,

en trabajar por la unidad de la Iglesia

y por la paz del mundo.

Con toda confianza, oh Señora mía,

yo os dirijo esta plegaria y os pido que

la acojáis y la atendáis. Amén.


Nuestra Señora de Lourdes,

rogad por nosotros.
Santa Bernardita, rogad por nosotros.




BIENAVENTURADA








Bienaventurada seas, Oh la más pura Virgen, 
por haber condescendido a manifestar tu esplendor con vida,

dulzura y belleza en la Gruta de Lourdes, diciendo a la niña

Santa Bernadette:
 "Yo soy la Inmaculada Concepción". 
Miles de veces nos hemos congratulado acerca 
de tu Inmaculada Concepción. Y ahora, 
Oh por siempre Virgen Inmaculada, madre 
de misericordia, salud para los enfermos, refugio 
de pecadores y consuelo para los afligidos, 
tu que conoces nuestros deseos, nuestros problemas
 y nuestros sufrimientos, dígnate a echar sobre
 nosotros una mirada de misericordia.

Al aparecer en la Gruta de Lourdes te complaciste 
en hacer de él un santuario privilegiado desde dónde dispensas

tus favores y donde ya muchos han obtenido la cura

para sus enfermedades, 
tanto espirituales como físicas. Acudimos por tanto, 
con la más ilimitada confianza a implorar 
tu maternal intercesión. Consigue para nosotros, 
Oh Madre adorada, que nuestra petición 
sea concedida. Por medio del agradecimiento 
por tus favores, nos esforzaremos en imitar 
tus virtudes para así un día poder compartir tu gloria.

Oh Señora de Lourdes, Madre de Cristo, tu que
 tuviste influencia con tu divino hijo mientras permaneciste

sobre la tierra tienes ahora 
la misma influencia en el cielo. Ruega por nosotros 
y obtén para nosotros de tu divino Hijo nuestras especiales peticiones si esa es la Voluntad de Dios. Amén.

Nuestra Señora de Lourdes, ruega por nosotros.
Santa Bernadette, ruega por nosotros.




Hecha la señal de la cruz rezará con devoción 
el ACTO DE CONTRICIÓN.


Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, 
Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, 
en quien espero y a quien amo sobre todas las cosas; 
humildemente postrado ante vuestra divina majestad, 
os pido me perdonéis todas las ofensas e ingratitudes 
que he cometido contra Vos. Conozco, Señor, 
que soy indigno de parecer ante vuestra presencia; 
por lo cual vengo a Vos por medio de vuestra 
amantísima Madre,a la que ruego interceda por mí, 
para alcanzarme el perdón de los pecados 
que yo de corazón aborrezco, y propongo
 con vuestra gracia no volver a cometer. Amén.


ORACIÓN PREPARATORIA 
PARA TODOS LOS DÍAS

¡Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes! 
deseando hacer esta novena con la mayor devoción
 de mi alma, y responder al llamamiento que 
en persona de la humilde Bernardita, habéis hecho
a todos vuestros hijos, me postro a vuestro pies 
para escuchar con atención vuestra voz, exponeros 
mis necesidades y solicitar vuestros amorosos 
cuidados. No me desechéis, Madre mía, 
a pesar de mi indignidad; atended únicamente 
al arrepentimiento que tengo por haber afligido 
vuestro maternal corazón y renovado la pasión
 de vuestro amantísimo Hijo, acudid en mi ayuda
 durante esta santa novena, en la cual me propongo 
purificar mi alma y conseguir por vuestra
 intercesión el favor especial que solicito 
de la Divina Majestad y dar gracias a la misma, 
por todos los beneficios recibidos
 (y especialmente por el que es motivo
 de estos obsequios) Amén.


Leer a continuación las lecturas y oraciones 
del día que corresponda. 

DIA PRIMERO

MEDITACIÓN
Los designios de Dios son incomprensibles. 
Precisamente en un siglo de soberbia y orgullo,
 en un siglo de racionalismo, que pretendía haber 
concluido con todo lo sobrenatural y divino;
 en una nación donde más se trabajaba 
por extender y propagar todos los errores, 
que tiene por fundamento no admitir más que 
el orden puramente natural, razón por la cual 
se negaba no sólo el pecado original, sino hasta
 la elevación de la naturaleza humana; donde no 
se quería admitir la intervención divina en
 las cosas de. los hombres; precisamente 
en esa época y en esa nación, es donde Dios
 Nuestro Señor quiso destruir el fundamento 
de todos los errores; y para ello, se sirvió 
del instrumento al parecer más despreciable. 
De una niña pobre, débil e ignorante, que 
no sabía otra cosa que rezar el Sto. Rosario,
 es de quien se valió Dios para vencer al mundo, 
confundir a los soberbios, humillar a los sabios 
y conseguir tan señalada victoria. En Lourdes 
el hecho sobrenatural es permanente, puesto 
que la fuente misteriosa que allí brota 
y los efectos asombrosos que sus aguas producen
 lo evidencian; allí ha recibido el naturalismo
 su más rudo golpe y la fe una confirmación maravillosa. Guardémonos de todos los errores, 
que puedan mancillar en lo más mínimo 
nuestra fe, avivémosla más y más cada día 
y repitamos con el Profeta respecto de la Iglesia,
 lo que él decía de Jerusalén: ¡Séquese, Señor 
mi mano derecha y quede pegada mi lengua
 al paladar antes que dejar de amarte y alabarte, 
oh Iglesia Santa!.

Medítese sobre lo dicho y pida cada uno 
la gracia que desea alcanzar por medio 
de esta Novena.



ORACIÓN PARA ESTE DÍA

¡Oh Inmaculada María! Os pido humildemente
 la gracia de que se acreciente más y más 
cada día nuestra fe, y que obtengáis un rayo 
de luz divina para los que están sentados 
en las tinieblas del pecado. Extended más 
el reino de Dios, desterrad de entre nosotros 
todos los errores, y haced que Filipinas,
 y esta ciudad principalmente, tengan siempre 
como su mayor gloria vivir en la fe de vuestro
 Smo. Hijo y que sus habitantes permanezcan
 unidos a la Santa Iglesia Romana hasta 
el último suspiro. Con este objeto os rezamos
 las siguientes Avemarías y deprecaciones.


Tres AVEMARÍAS, añadiendo después de cada una 
"VIRGEN, DE LOURDES, ROGAD POR NOSOTROS".


ORACIÓN DE SAN BERNARDO

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que 
jamás se ha oído decir que ninguno de los que
 han acudido a vuestra protección, implorado 
vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, 
haya sido abandonado de Vos; 
animado con esta confianza a Vos 
también acudo, y aunque gimiendo
 bajo el peso de mis pecados, me atrevo
 a parecer ante vuestra presencia soberana;
 no desechéis, Madre de Dios, mis humildes 
súplicas, antes bien escuchadlas y dignaos 
acogerlas benignamente. Amén.

Se rezan tres Avemarías y la oracion final


ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande 
amor que mostrasteis a los hombres, 
dignándote aparecer en una tosca gruta 
e instruir a la joven y dichosa Bernardita, 
os ruego me hagáis merced de alegrar 
mi corazón con vuestras influencias soberanas. 
Y así, Señora, como hicisteis brotar 
en la gruta de Lourdes aquel manantial riquísimo
 de cristalinas y saludables aguas, 
para remedio del cuerpo, derramad 
sobre mi pobre alma las dulcísimas y fértiles
 aguas de la gracia, que apaguen mi sed 
por las cosas de la tierra, y limpien mi espíritu
 para que sea digno de los goces purísimos 
del cielo. Amén.




NOVENA 
 
DIA SEGUNDO

Hecha la señal de la cruz rezará con devoción 
el ACTO DE CONTRICIÓN.


Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, 
Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, 
en quien espero y a quien amo sobre todas las cosas; 
humildemente postrado ante vuestra divina majestad,
 os pido me perdonéis todas las ofensas e ingratitudes
 que he cometido contra Vos. Conozco, Señor, 
que soy indigno de parecer ante vuestra presencia; 
por lo cual vengo a Vos
 por medio de vuestra amantísima Madre, a la que 
ruego interceda por mí, 
para alcanzarme el perdón de los pecados 
que yo de corazón aborrezco, 
y propongo con vuestra gracia no volver 
a cometer. Amén.



ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS

¡Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes! 
deseando hacer esta novena con la mayor devoción 
de mi alma, y responder al llamamiento 
que en persona de la humilde Bernardita, habéis 
hecho a todos vuestros hijos, me postro a vuestro pies
 para escuchar con atención vuestra voz, exponeros 
mis necesidades y solicitar vuestros amorosos cuidados.
 No me desechéis,
 Madre mía, a pesar de mi indignidad; 
atended únicamente al arrepentimiento que tengo 
por haber afligido vuestro maternal corazón y renovado
 la pasión de vuestro amantísimo Hijo, acudid en mi ayuda
 durante esta santa novena,en la cual me propongo
 purificar mi alma y conseguir por vuestra intercesión 
el favor especial que solicito de la Divina Majestad 
y dar gracias a la misma, por todos los beneficios 
recibidos (y especialmente por el que es motivo 
de estos obsequios) Amén.


MEDITACIÓN

Uno de los documentos más importantes 
de la vida cristiana es la práctica
 de la oración. Ella es el medio ordinario 
que Dios ha puesto en manos 
del hombre para conseguir el remedio de todas
 sus necesidades.
 Sube al cielo nuestra oración y baja sobre nosotros
 la divina compasión y misericordia en forma 
de mil favores y gracias soberanas.
 "Pedid y recibiréis," nos tiene dicho nuestro 
Divino Salvador, 
"Buscad y encontraréis, llamad, y se os abrirá."

No hay cosa que así purifique de ignorancias
 el entendimiento y de afectos desordenados 
el corazón como la oración, la cual inflama 
a este con el fuego del divino amor y llena 
a aquel de divina claridad y luz celestial: 
es agua de bendición, cuyo riego hace reverdecer
 y florecer las plantas de los buenos deseos, 
y lava nuestras almas de las pasiones 
que tiene el corazón.

"Oremos" dijo Bernardita "y pasemos el rosario". 
Oremos también nosotros  
con ella y seamos 
constantes en la oración, pues sólo así podremos
 vernos 
 
libres de los lazos y asechanzas
 que continuamente nos está armando
 nuestro infernal enemigo. 
Oremos sin intermisión, como nos lo aconseja 
el Apóstol, y oremos con fervor, porque 
los tiempos en que vivimos  
son malos, 
y la tempestad arrecia por momentos y sólo 
con la oración 
 
podremos salir ilesos de entre 
tantos peligros a que estamos expuestos.

Medítese sobre lo leído y pida cada uno 
la gracia que desea alcanzar por medio de esta novena.

 ORACIÓN PARA ESTE DÍA

¡Oh Virgen Inmaculada, Santísima Madre mía! 
Ya veo las lecciones de vida eterna que me dais
 en la gruta de Lourdes. Me enseñáis la práctica 
de la oración tan recomendada por vuestro Santísimo Hijo;
 y en la especial complacencia con que pasáis las cuentas
 del rosario que pende de vuestras manos, mientras
 Bernardita pasa devotamente las del suyo,
 me dais a entender el agrado con que miráis 
esta hermosa devoción y cuánto os place que 
vuestros siervos os honren e invoquen con ella. 
Así lo haré Señora, y desde hoy me propongo 
no pasar día alguno sin rezar una parte al menos 
del santo rosario. Os ruego me mantengáis constante
 en este mi propósito y que lo rece siempre 
con fervor y devoción, os saludo ahora 
con las siguientes Avemarías y deprecaciones.

 Se rezan tres Avemarías  y después la oración final
 ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande amor
 que mostrasteis a los hombres, dignándote aparecer
 en una tosca gruta e instruir a la joven y dichosa Bernardita, 
os ruego me hagáis merced de alegrar mi corazón 
con vuestras influencias soberanas. Y así, Señora, 
como hicisteis brotar en la gruta de Lourdes 
aquel manantial riquísimo de cristalinas y saludables aguas,
 para remedio del cuerpo, derramad sobre mi pobre alma 
las dulcísimas y fértiles aguas de la gracia, 
que apaguen mi sed por las cosas de la tierra, 
y limpien mi espíritu para que sea digno de los goces 
purísimos del cielo. Amén.




 DIA TERCERO


Hecha la señal de la cruz rezará con devoción 

ACTO DE CONTRICIÓN.


Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, 
Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, 
en quien espero y a quien amo sobre todas las cosas;

humildemente postrado ante vuestra divina
 majestad, os pido me perdonéis todas
 las ofensas e ingratitudes que he cometido
 contra Vos. Conozco, Señor, que soy indigno 
de parecer ante vuestra presencia; por lo cual 
vengo a Vos por medio de vuestra amantísima Madre, 
a la que ruego interceda por mí, para alcanzarme 
el perdón de los pecados que yo de corazón 
aborrezco, y propongo con vuestra gracia 
no volver a cometer. Amén.



ORACIÓN PREPARATORIA 
PARA TODOS LOS DÍAS


¡Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes! deseando hacer esta novena con la mayor devoción 
de mi alma, y responder al llamamiento que
 en persona de la humilde Bernardita, habéis
 hecho a todos vuestros hijos, me postro
 a vuestro pies para escuchar con atención vuestra voz,

exponeros mis necesidades y solicitar
 vuestros amorosos cuidados. No me desechéis, 
Madre mía, a pesar de mi indignidad; atended
 únicamente al arrepentimiento que tengo 
por haber afligido vuestro maternal corazón 
y renovado la pasión de vuestro amantísimo Hijo,
 acudid en mi ayuda durante esta santa novena, 
en la cual me propongo purificar mi alma y conseguir 
por vuestra intercesión el favor especial que 
solicito de la Divina Majestad y dar gracias 
a la misma, por todos los beneficios recibidos
 (y especialmente por el que es motivo 
de estos obsequios)
 Amén.


MEDITACIÓN

Grande y sublime es el interés y solicitud de María 
para con los hombres. "No sólo no me opongo", 
le dice a Bernardita, "a que vengan contigo 
tus compañeras, sino que deseo venga mucha gente". 
La criatura mas excelsa, la Reina de los Cielos,
 la Madre de Dios, llama a los hombres,
 les invita y desea que se le acerquen y le expongan 
sus necesidades con la más viva confianza, 
porque poderosa es ante su Santísimo Hijo 
para obtener el remedio de todas ellas. 
Hijos de los hombres ¿os negaréis 
a acudir al llamamiento de tan amorosa madre?
 Si vuestra inteligencia está ofuscada 
por las tinieblas del error, si vuestra voluntad 
está aficionada a objetos pecaminosos, si vuestro 
corazón es juguete de viles y abominables pasiones,
 si os halláis en grandes necesidades y aflicciones 
o gemís bajo el peso de molestas e importunas 
tentaciones, ¿por qué no acudís a María que 
os llama con aquellas dulcísimas palabras
 de su Divino Hijo: 
"Venid a mí todos los que trabajáis 
y estáis cansados, que yo os aliviaré?.

Mas aunque la Virgen Santísima llama a todos 
los hombres, y a todos los ama, Ella ha manifestado
 especial predilección por los congregantes que
 la honran conformando su vida con las reglas
 de las Asociaciones o Cofradías a que pertenecen;. 
y ciertamente pueden prometerse de Ella especiales 
favores y más particular protección. Afiliados
 a sus banderas, mostrémonos en todo tiempo 
verdaderos siervos suyos, no nos avergoncemos
 jamás de parecer devotos de esta Señora ni de 
ostentar visiblemente en las ocasiones oportunas 
el distintivo de tales, pues en verdad no nos rebaja 
ni envilece, antes sí nos ensalza y dignifica. 
Ella lo ha dicho: 
"Yo amo a los que me aman. Los que me esclarecen,
 obtendrán la vida eterna."


Medítese sobre lo dicho y pida cada uno la gracia 
que desea alcanzar por medio de esta Novena.


ORACIÓN PARA ESTE DÍA


¡Virgen Santísima de Lourdes! agradecido 
a los innumerables beneficios que por vuestra 
mediación he recibido, y especialmente 
al de haber descendido del cielo a la tierra 
para llamarme, me ofrezco de nuevo a vuestro 
servicio, y os consagro mis potencias 
y sentidos, prefiriendo mil veces morir antes 
que ofender a vuestro divino Hijo, mi Redentor
 y todo mi bien. Confirmad Señora este mi buen deseo, 
y haced que sea fiel devoto vuestro en la tierra, 
para reinar eternamente con vos en el cielo. 
Y a fin de alcanzar este favor, os saludo 
con las siguientes Avemarías y deprecaciones.


Se rezan las Avemarías como el primer día 
y después la oración final: 

ORACIÓN FINAL 
PARA TODOS LOS DÍAS

Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande 
amor que mostrasteis a los hombres, 
dignándote aparecer en una tosca gruta 
e instruir a la joven y dichosa Bernardita, 
os ruego me hagáis merced de alegrar 
mi corazón con vuestras influencias soberanas. 
Y así, Señora, como hicisteis brotar 
en la gruta de Lourdes aquel manantial riquísimo
 de cristalinas y saludables aguas, 
para remedio del cuerpo, derramad 
sobre mi pobre alma las dulcísimas y fértiles
 aguas de la gracia, que apaguen mi sed 
por las cosas de la tierra, y limpien mi espíritu
 para que sea digno de los goces purísimos 
del cielo. Amén.


 DÍA CUARTO


Hecha la señal de la cruz rezará con devoción 

ACTO DE CONTRICIÓN.


Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, 
Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, 
en quien espero y a quien amo sobre todas las cosas;

humildemente postrado ante vuestra divina majestad,
 os pido me perdonéis todas las ofensas e ingratitudes
 que he cometido contra Vos. Conozco, Señor, 
que soy indigno de parecer ante vuestra presencia; 
por lo cual vengo a Vos por medio de vuestra amantísima

Madre, a la que ruego interceda por mí, 
para alcanzarme el perdón de los pecados que yo
 de corazón aborrezco, y propongo con vuestra gracia
 no volver a cometer. Amén.



ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS


¡Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes! deseando hacer esta novena con la mayor devoción 
de mi alma, y responder al llamamiento que en persona 
de la humilde Bernardita, habéis hecho
 a todos vuestros hijos, me postro a vuestro pies 
para escuchar con atención vuestra voz, exponeros
 mis necesidades y solicitar vuestros amorosos cuidados.
 No me desechéis, Madre mía, a pesar
 de mi indignidad; atended únicamente al arrepentimiento

que tengo por haber afligido vuestro maternal corazón 
y renovado la pasión de vuestro amantísimo Hijo, 
acudid en mi ayuda durante esta santa novena, en la cual 
me propongo purificar mi alma y conseguir por

vuestra intercesión el favor especial que solicito 
de la Divina Majestad y dar gracias a la misma, 
por todos los beneficios recibidos (y especialmente 
por el que es motivo de estos obsequios) Amén.


MEDITACIÓN

Deseo grande es el de la Santísima Virgen, que se ruege
 por los pecadores. Y ciertamente no puede menos
 de ser así: 
creado el mundo por Dios para su gloria; hecho el hombre 
a su imagen y semejanza, y redimido después a costa
 de la sangre preciosísima de su Santísimo Hijo, 
está en el deber de honrarle, servirle y reverenciarle;
 pero, ¡oh dolor!, los hombres se han vuelto contra su Dios 
y Señor y continuamente le ofenden. No se puede 
oír sin angustiarse tantas blasfemias horribles; 
no se puede mirar, sin exhalar un grito de dolor,
 la profanación de los santos días del Señor, convertidos 
hoy por la perversión de los hombres, 
en días de labor, de bacanales inmundas y orgías 
sangrientas.
 Las naciones se han levantado contra Cristo y su Iglesia: 
el error y la impiedad dominan por todas partes,
 y la sensualidad sube como una ola, sobre

la generación presente, amenazando sumergirla.
 ¿Qué hacer? Rogar a Dios... Se pierden tantas almas 
todos los días… y ¿ habremos de estar ociosos?
 Este es uno de los fines de esta Cofradía; pedir a Dios 
por los pecadores.
 ¿ Lo cumplimos fielmente? ¿Dedicamos todos los días 
un rato de oración por la disminución de las culpas? 
Meditemos en la tristeza que demostró en esta Aparición 
la Santísima Virgen, y propongámonos disminuir
 los pecados en nosotros y en nuestros prójimos
 y especialmente la blasfemia 
y la profanación de los días festivos.


Medítese sobre lo dicho y pida cada uno la gracia 
que desea alcanzar por medio de esta Novena.


ORACIÓN PARA ESTE DÍA

¡Oh Madre del amor hermoso, del temor 
y de la santa esperanza! 
A vuestros pies vengo lloroso, avergonzado y confuso. 
Yo soy el que con mis pecados llené de amargura 
vuestro corazón y de tristeza vuestro rostro. 
Mas no quiero desesperar sabiendo que sois toda benigna
 y que recibís con entrañas de misericordia
 a todo el que acude a Vos arrepentido. 
A Vos acudo, Señora, con el corazón desgarrado 
por el dolor de mis culpas y resuelto 
a morir mil veces antes que volver a cometerlas. 
Volved hacia mí esos vuestros ojos misericordiosos
 y salvadme. Mirad también compasiva a todos los pecadores

y atraedlos a la gracia de vuestro Santísimo Hijo.
Por la conversión y salvación de ellos os rezo las siguientes Avemarías y deprecaciones:

Se rezan las Avemarías como el primer día y después

la oración final:

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande amor
 que mostrasteis a los hombres, dignándote aparecer 
en una tosca gruta e instruir a la joven y dichosa
 Bernardita, os ruego me hagáis merced 
de alegrar mi corazón con vuestras influencias soberanas.
 Y así, Señora, como hicisteis brotar en la gruta de Lourdes
aquel manantial riquísimo de cristalinas y saludables aguas, 
para remedio del cuerpo, derramad sobre mi pobre alma 
las dulcísimas y fértiles aguas de la gracia, que apaguen
 mi sed por las cosas de la tierra, y limpien mi espíritu 
para que sea digno de los goces purísimos del cielo. 
Amén.




DIA QUINTO


Hecha la señal de la cruz rezará con devoción 

ACTO DE CONTRICIÓN.


Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, 
Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, 
en quien espero y a quien amo sobre todas las cosas; humildemente postrado ante vuestra divina majestad, 
os pido me perdonéis todas las ofensas 


e ingratitudes
 que he cometido contra Vos. Conozco, Señor, 
que soy indigno de parecer ante vuestra presencia;
 por lo cual vengo a Vos por medio de vuestra amantísima Madre, a la que ruego interceda por mí, para alcanzarme
 el perdón de los pecados que yo de corazón aborrezco, 
y propongo con vuestra gracia no volver a cometer. 
Amén.


ORACIÓN PREPARATORIA 

PARA TODOS LOS DÍAS


¡Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes! 
deseando hacer esta novena con la mayor devoción 
de mi alma, y responder al llamamiento que en persona 
de la humilde Bernardita, habéis hecho a todos vuestros hijos, me postro a vuestro pies para escuchar con atención vuestra voz, exponeros mis necesidades y solicitar 
vuestros amorosos cuidados. No me desechéis, Madre mía, 
a pesar de mi indignidad; atended únicamente 
al arrepentimiento que tengo por haber afligido
 vuestro maternal corazón y renovado la pasión de vuestro amantísimo Hijo, acudid en mi ayuda durante 
esta santa novena, en la cual me propongo purificar
 mi alma y conseguir por vuestra intercesión
 el favor especial que solicito de la Divina Majestad
 y dar gracias a la misma, por todos los beneficios recibidos
 (y especialmente por el que es motivo de estos obsequios) 
Amén.


MEDITACIÓN

Ya nos lo tiene dicho Jesucristo. "Si el mundo os aborrece, 
sabed que antes me aborreció a Mí." Todo el que quiera vivir
 y ser de Cristo, ha de pasar por la tribulación y por
 las amarguras de la persecución. El mundo no puede conformarse con las máximas del Señor porque
 son opuestas a las suyas. De aquí las ironías 
y escarnios de que son objeto de parte de los mundanos 
los que se entregan a la devoción, y procuran santificar
 su alma llevando una vida conforme a los principios 
del Evangelio. 
No obstante, en esta lucha del mal contra el bien, 
no habemos de desmayar; si el mundo nos critica, 
nos ridiculiza y zahiere, tenemos en cambio 
en nosotros mismos el testimonio de la buena conciencia
 y la aprobación y complacencia de Dios 
y de toda la corte celestial.

Nunca miró la Virgen a Bernardita con ojos más benignos
 y complacientes, que cuando la vio perseguida y calumniada.

El Señor envía a sus siervos las tribulaciones para probar 
su fidelidad, para purificarlos más y más 
de sus imperfecciones y para darles ocasión de ganar mayores méritos para la vida eterna.
 Las penas y trabajos de esta vida son como el sello
 de las complacencias de Dios sobre un alma. Nadie amó
a Dios en el mundo ni de Dios fue tan amado como Jesús  aría, pero nadie tampoco sufrió en esta vida tanto
 como ellos sufrieron.


Medítese sobre lo dicho y pida cada uno la gracia 
que desea alcanzar por medio de esta Novena.


ORACIÓN PARA ESTE DÍA

¡Santísima Virgen María, Madre mía! A vos me llego
 fatigado y sin fuerzas de tanto luchar
con las adversidades de la vida. 
Mi corazón, cual frágil navecilla, es llevado por los vientos 
de las tribulaciones a merced de las olas desenfrenadas 
de los vaivenes del mundo y corre a cada momento
 peligro de dar en los escollos del pecado o en el abismo 
de la desesperación. 
A vos levanto mis ojos que sois la Estrella de los mares;
 mostradme el rumbo seguro, guiad vos misma la nave 
para que no naufrague en el mar proceloso de las tentaciones
 y trabajos, sino que llegue al feliz puerto de la salvación eterna. Para conseguir esta gracia os saludo con las siguientes Avemarías y deprecaciones:


Se rezan las Avemarías como el primer día 
y después la oración final


ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande amor 
que mostrasteis a los hombres, dignándote aparecer
 en una tosca gruta e instruir a la joven  dichosa Bernardita,
 os ruego me hagáis merced de alegrar mi corazón
 con vuestras influencias soberanas. Y así, Señora, como hicisteis brotar en la gruta de Lourdes aquel manantial riquísimo de cristalinas y saludables aguas, para remedio 
del cuerpo, derramad sobre mi pobre alma las dulcísimas 
y fértiles aguas de la gracia, que apaguen mi sed 
por las cosas de la tierra, y limpien mi espíritu 
para que sea digno de los goces purísimos del cielo. 
Amén.