A DONDE MANDES IREMOS . . .


SOS-SOPLO DE SANTIDAD

​​​       SOS-SOPLO DE SANTIDAD

MINISTERIO CATÓLICO MISIONERO DE EVANGELIZACIÓN

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LO QUE NOS PIDAS HAREMOS

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MINISTERIO CATOLICO MISIONERO DE EVANGELIZACION 

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A A DONDE MANDES...IREMOS

LO QUE NOS PIDAS...HAREMOS



​San Giuseppe fue el séptimo hijo del matrimonio conformado por Francesco Moscati (abogado)

y una aristócrata, Rosa De Luca dei Marchesi di Roseto. La familia vivía en Santa Lucía di Serino,

luego se trasladó a Nápoles en 1884, aquí recibió la Primera Comunión, cuatro años más tarde,

en la iglesia de las Hermanas del Sagrado Corazón. En esta iglesia, Moscati se reúne

con el beato Bartolo Longo, fundador de la ermita de Pompeya al lado de la iglesia

y conoció a Santa Caterina Volpicelli.



En 1892 su hermano Alberto, desafortunadamente, el murió tras una caída de su caballo durante

el ejercicio de su servicio militar: a partir de este episodio empezó a madurar su pasión por la medicina.

Después de la escuela secundaria, se matriculó en 1897 en la Facultad de Medicina,

en el mismo año de la muerte de su padre, que sufrió una hemorragia cerebral.

Ingresó en la universidad para estudiar medicina y con 22 años se graduó con las mejores calificaciones

de su promoción. Cada día se levantaba muy temprano para ir a misa y recibir la comunión.

Después se dirigía a las colonias pobres para ver algunos enfermos y a las 8:30 a.m.

iniciaba el trabajo en el hospital.

Sus pacientes predilectos eran los pobres, algo de lo que dan fe muchas personas que lo conocieron.

Es conocida una anécdota suya con un anciano pobre al que visitaba cada día.

El anciano le pidió en una ocasión que fuera con él desayunar al café que estaba junto

a la iglesia a la que acudía a misa. El día en el que el anciano no iba a desayunar, el doctor

se acercaba preocupado hasta su domicilio para asistirlo.

Nunca cobró dinero a los pobres, a los que ayudaba siempre con una sonrisa

y sin hacerse notar.

Su muerte llegó el 12 de abril de 1927, casi a los 47 años, mientras esperaba en el despacho

de su casa la visita de los enfermos y sentado en un sillón.

La noticia de su fallecimiento se difundió rápidamente por toda la ciudad con las palabras

“ha muerto el médico santo” y fueron los pobres quienes más lloraron

la pérdida de su amigo y doctor.

Entre los primeros que acudieron a rezar ante su cadáver estuvo el Cardenal Ascalesi,

quien ante los presentes dijo: “el doctor pertenecía a la Iglesia; no a aquella de quienes

sanó el cuerpo, sino de la de quienes salvó el alma y que salieron a su encuentro

mientras subía al cielo”.

Fue beatificado en 1975 por el Papa Pablo VI y canonizado gracias al milagro de la curación

de leucemia del joven Giuseppe Montefusco en 1979. Precisamente fue en la Iglesia

de Jesús Nuevo donde la madre del joven pidió la intercesión del entonces beato.

Algunos días antes, por la noche, vio en sueños la foto de un médico en batín blanco.

Contó el sueño a su párroco, quien le habló del Beato Moscati. La señora fue a la Iglesia

de Jesús Nuevo y enseguida reconoció el rostro de la imagen que vio en sueños.

Desde ese momento rezó a Moscati y consiguió que se le unieran parientes y amigos.

Su hijo Giuseppe se curó totalmente en pocos días y regresó a su trabajo como herrero.

Moscati fue canonizado por Juan Pablo II el 25 de octubre de 1987.





















​Oh San José Moscati,
sincero seguidor de Jesús, médico de gran corazón,
hombre de ciencia y fe, sincero y virtuoso que en el ejercicio de tu profesión
curabas el cuerpo y el espíritu de tus pacientes,
míranos a los que recurrimos con fe solicitando tu intercesión.

Danos la salud física y espiritual,
para que podamos servir con generosidad a los hermanos, 
alivia las penas de los que padecen, conforta a los enfermos.

Consuela a los afligidos,
otorga esperanza a los que necesitan ser sanados.

Santo médico, tú que luchaste sin cesar por los que sufren
pide por los que ahora están padeciendo 
para que encuentren fuerzas y ánimos
cuando el dolor y la desesperanza les abatan;
intercede para que Jesús nuestro Salvador 
ponga su bendita y milagrosa mano sobre ellos,
como lo hizo con los que tenían graves enfermedades 
durante su estancia en la tierra,
y les alivie en sus sufrimientos,
para que puedan vencer a la enfermedad
y que pronto recuperen la salud perdida,
en especial, glorioso san José Moscati,
pide un milagro para que… (nombre de la persona enferma)
sea sanado de la enfermedad que hoy tanto le aqueja.

Haz que los cuidados que reciba sean los mejores,
que los médicos y enfermeras que lo atienden
encuentren rápida y efectiva solución para curarle,
que no pierda las ganas de luchar, que ansíe vivir, 
que no tenga padecimientos por sus dolores y el malestares,
solicita un milagro para que...
sea liberado de todo el mal físico que afecta su cuerpo.

Gracias san José Moscati, por escuchar nuestras súplicas,
tú que te entregaste total e incansablemente
a la cotidiana asistencia de los enfermos,
asiste en esta ocasión a...
te lo pedimos con inmensa confianza y fe,
préstale ayuda y conforta su cuerpo y alma.

Tú que fuiste un médico entregado y generoso 
y nos demostraste que se puede ser santo en el trabajo, 
sé un guía para todos nosotros:
enséñanos tener honestidad y caridad
a confiar en Dios todo bondad y amor
aun en las más duras pruebas,
y a cumplir cristianamente nuestros deberes cotidianos.

¡San José Moscati, ruega por nosotros!

Rezar el Credo, Padrenuestro y Gloria.